Leandro Fernández de Moratín(1760-1828)

Hijo del escritor Nicolás Fernández de Moratín, refleja en su biografía los avatares de su época. Fue educado en un ambiente familiar culto e ilustrado y viajó por Francia, Italia e Inglaterra. En 1779 fue nombrado director de la Junta de Reformas de los Teatros y, desde este cargo, promovió la difusión del nuevo teatro. Al producirse la invasión napoleónica y la guerra de la independencia, se alineó con los afrancesados y ejerció algún cargo público. Tras la derrota francesa, tuvo que exiliarse y, después de varias peripecias, murió en París.

Fernández de Moratín destacó por ser un hombre inteligente y culto, de carácter introvertido y difícil. Formado en la cultura francesa y en la estética neoclásica fue un afrancesado, lo cual se debió, como sucedió con otros ilustrados, a su admiración por lo que Francia representaba en su época, y porque pensaba que de allí podía venir la renovación para España y la solución de sus males: el atraso cultural y la pobreza.

 Destaca como autor de teatro, aunque también escribió poesía y prosa.
Moratín escribió poesías satíricas y también otras en los diversos géneros de la lírica clásica: epístolas, odas y sonetos, romanes. Su producción poética se caracteriza fundamentalmente por la elegante contención y el equilibrio formal propios del neoclasicismo. Destacan los poemas: Lección poética , Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana , La despedida y Elegía a las musas.

También, se propuso escribir una comedia que respondiera al espíritu de su época, y consiguió llegar a un público bastante amplio siguiendo las normas clásicas. La comedia de Moratín pretende educar a los espectadores; son obras moralizadoras que critican algunas normas sociales, costumbres y comportamientos como los matrimonios de conveniencia. Pero Moratín censura sin dureza, a través de una suave sátira, y su crítica alcanza tanto la actitud de las familias que actúan sólo por interés, como la obediencia de las jóvenes que aceptan casarse con hombres mucho mayores que ellas, a quienes eligen sus padres por su condición económica. Este tema aparece en El viejo y la niña, El Barón y sobre todo en El sí de las niñas, obra en prosa que constituye la culminación del teatro neoclásico. También escribe una sátira del teatro populachero y disparatado del pos barroco en La comedia nueva o El café.

 
Además, Moratín fue el mejor autor de teatro del siglo XVIII. Caracterizado por seguir fielmente las reglas del neoclasicismo, entre ellas las de las tres unidades, con lo que esto supone de limitación de posibilidades y de dificultad para una mejor aceptación por parte del público. Su idea, también, de la utilidad del arte, característica del siglo, hace que los temas se limiten a la crítica de costumbres. Moratín pretendía, como él mismo expresa, "poner en ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad, y recomendar la verdad y la virtud".